de The Black Keys

La palabra hermano, en el más común y riguroso de los casos, es el término que utilizamos para indicar a aquella persona, que respecto a otra, ostenta los mismos padres. Por lo general, crecen y pasan juntos gran parte de la niñez y juventud, donde aprenden a lidiar y convivir con sus conflictos mientras generan lazos. La cercanía y el trato que los hermanos tengan entre sí estarán marcados por el desarrollo de fuertes asociaciones emocionales tales como el amor o la enemistad.

Por otro lado, el término hermano también es frecuentemente utilizado en el lenguaje coloquial para referirse a aquella persona con la cual uno mantiene una relación sumamente cercana e íntima, aunque no se compartan con esta lazos sanguíneos; como puede darse en el caso de un gran amigo.

Dan Auerbach junto a Patrick Carney, vecinos y amigos desde su infancia en Akron,Ohio, formaron The Black Keys tras terminar sus respectivas etapas escolares. El dúo comenzó de forma independiente, grabando música en sótanos y produciendo sus propios discos, hasta emerger como una de las bandas más populares de blues y garage rock de la primera década de este siglo.

En el año 2010, luego de llevar editados cinco discos, la relación entre ellos venía bastante desgastada. Particularmente por la situación personal que atravesaba Carney, baterista de la banda, quien venía de pasar por una complicada separación y un aún más complejo divorcio. Sumado a eso, se peleó con Dan Auerbach, la otra mitad creativa, porque éste se embarcó en un proyecto solista sin avisarle, motivo que lo llevó a considerar abandonar la banda al sentirse traicionado.

Como verdaderos hermanos de vida, decidieron encerrarse, confrontar y decirse en la cara todo lo necesario para finalmente, hacer las paces y volver a lo que más disfrutan juntos. Fue así como primero, en un decadente estudio que se encontraba en medio de la nada en Alabama y luego terminando entre New York y California, ya con la ayuda de Danger Mouse en producción, dieron forma al que sería su álbum consagratorio, "Brothers".

"The Everlasting Light" tema que abre el disco, incorpora elementos no utilizados anteriormente por ellos, como una batería eléctrica y coros femeninos. Luego dan paso a "Next Girl", con el ya clásico sonido del dúo, un rock áspero, con una base rítmica sólida y con la voz de Dan Auerbach poderosa y cautivante como de costumbre.

A continuación "Tighten Up", el que fuera primer corte de difusión del disco, nos enamora con su sonido muy Stone, donde las guitarras superpuestas y el machacante redoble de batería invaden nuestro cuerpo que obliga a movernos al ritmo de la canción.

La atrapante y pegajosa "Howlin’ for You”, otro de los singles del álbum, con su mezcla de batería eléctrica y teclados que le dan pasajes neo psicodélicos de a momentos, se vuelve una pieza indispensable. A eso hay que sumar su genial video en el que participa Todd Bridges, el recordado Willis de "Blanco y Negro" (De qué estás hablando Willis???).

La ultra sensual y setentera "The Only One", con su estilo soul, coronado tanto por la guitarra y la sensual voz de Dan Auerbach generando una atmósfera única, totalmente distinta al estilo original de la banda, es uno de los puntos más altos del disco.

La trilogía con sonidos más cercanos al blues que componen "Ten Cent Pistol", "The Go Getter" y "I’m Not the One", sumados a la candente y enamoradora "Never Gonna Give You Up", dan pie al cierre del disco en manos de la bella y elegante "These Days", que deja caer el telón de impecable forma.

El álbum, que lleva ese nombre como tributo a sus admirados Allman Brothers, encuentra su mejor definición en manos del mismísimo Patrick Carney, quien es su biografía le dedicó estas palabras: “Estaba pensando en lo que significaba el disco para mí: cómo Dan y yo pasamos por esta mierda que los hermanos atraviesan donde no se llevan bien, pero luego se caen bien y te das cuenta de que es un amor incondicional “.

Imposible no rendirse ante esas palabras y sobre todo, ante ese soberbio y contundente sonido que estos hermanos nos regalaron en la que es su máxima obra.

Saludos.

Juli