MERCEDES PÉREZ SAN MARTÍN

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ANGELA DE LA CRUZ

Abollada, desinflada, comprimida

Tanto hay para decir acerca de Ángela de la Cruz (La Coruña, 1965): haber sido la primer artista española en estar nominada al tan prestigioso Premio Turner en 2010, su trágica historia personal y su increíble poder de resiliencia, las influencias en su obra y su posterior liberación personal al expandir la pintura en el espacio. Encuentro conmovedora la sensibilidad social que la artista manifiesta en cada uno de sus trabajos, y cómo las obras adquieren características antropomórficas sin dejar de ser geométricas o minimalistas.

A finales de los años `80 la joven De la Cruz se instalaba en Londres para estudiar arte en las prestigiosas Goldsmiths College y The Slade School of Art. Afín al movimiento after punk, su formación estuvo acompañada de las ideas de contracultura y anti establishment que se vivían entonces. Esa tensión entre tradición y liberación de las reglas estaría presente en la obra de la artista a lo largo de toda su carrera.

Homeless, óleo sobe tela, 222 x 181 x 28 cm, 1999

Estoy convencida que los artistas podemos tener epifanías. En el año 1996,  luego de la muerte de su padre, De la Cruz destruía furiosamente un bastidor para luego descubrir cómo la obra podía expresarse mas allá de los confines de los bordes. Deformada y torcida, su obra Homeless ya no podría encontrar su lugar colgando en el muro,  por lo cual cuando fue exhibida encontró su lugar en un rincón de la galería. Como su título refiere, ésta habla del abandono; su color de aspecto sucio (u orín) y su ubicación en el espacio nos revelan cierta sensibilidad de la artista acerca de conflictos actuales que son consecuencia de cuestiones económicas, políticas, sociales o bélicas de nuestra sociedad.

Ripped, óleo sobre tela, 220 x 200 cm, 1999

 Las obras posteriores a Homeless presentan roturas y amputaciones. La artista sostiene:

En el momento que corto el lienzo, me desahogo de la grandiosidad de la historia de la pintura.

De una manufactura impecable y acabado homogéneo y brilloso, los cuadros sufren un proceso de destrucción necesaria para dicha liberación que no dejan de incomodar al espectador a la vez de maravillarlo.

Larger than life, óleo y acrílico sobre tela, 260 x 1050 x 102 cm

En el 2005 y a dos meses de embarazo de su hija, Ángela de la Cruz sufrió un ACV que la dejaría internada por dos años y postrada en una silla de ruedas por siempre. Hoy día la artista tiene serias dificultades para expresarse y sus habilidades motrices han sido reducidas. Sin embargo al poco de unos años del accidente, y con la ayuda de varios asistentes, comenzaría a producir nuevamente y fue ahí cuando impulsó su carrera.

Su obra siempre se ha encontrado en la frontera entre la pintura y la escultura. Según las propias palabras de la artista :

Es una escultura utilizando el lenguaje de la pintura y viceversa. Es una pintura y una escultura.

Yo me arriesgaría a pensar que toca también los límites del teatro. Sus obras están personificadas, sufren desgarros y amputaciones, sus curvas y su brillo (su humedad) le pertenecen a la sensualidad humana.

Luego de su accidente las obras adquirieron lo que Ángela llama violencia serena. Las obras que ya no son tan viscerales, ya no están rasgadas. Sin embargo, su gestualidad y sus títulos conservan su narrativa previa, y su contenido político.

Por ejemplo en Deflated, su primer cuadro luego de su internación, observamos la tela pintada de blanco, sin su bastidor, colgando del muro como si fuera un abrigo, o la misma piel del artista. Su título habla de algo que está deshinchado. La presencia del cuerpo humano es evidente. Este cuadro blanco fue el comienzo del un cambio en la obra de De la Cruz: su obra se tornaría mucho mas colorida, sugestiva y las proporciones se adecuarían a las de la artista, reduciéndose en tamaño.


Serie Deflated, oleo sobre tela 150 x 180 aprox. cada una, 2010

El propio cuerpo es la referencia y es posible pensar que lo que construye es autobiográfico. Sentada en una silla de ruedas, la perspectiva de Ángela se ha transformado, dando lugar a obras como Crushed o Compressed donde incorpora el uso de aluminio, al que pinta delicadamente, y luego abolla  de manera cuidadosa y controlada dejando las piezas al tamaño de ella. Ángela de la Cruz no deja nada al azar y coordina cada movimiento que realizan sus asistentes. Hay una poética en cada curva, belleza en cada accidente.

Ejemplos de su serie Crushed, pintura sobre aluminio, 120 x 70 x 60 cm aprox., 2011

En el año 2010 se anunció que la artista gallega era la primera de su país en ser nominada a los prestigiosos premios Turner. After se llamó la exposición que siguió a dichos premios, realizada en el Camden Arts Centre en Londres donde las telas se combinaron con muebles domésticos reciclados que también adquirieron cualidades antropomórficas.

(Iz) Crate (navy with green box), óleo y acrílico sobre aluminio, 170 x 68 x 49 cm, 2017

Recientemente su obra se ha tornado sumamente colorida y seductora. Inspirada en la moda, la artista no niega estar al día con la paleta de la temporada de sus diseñadores favoritos.

Layers, small (sap green/brilliant pink), óleo y acrílico sobre tela, 70 x 50 x 7 cm, 2019

Estos cuadros-objeto conservan su monocromía o bicromía de características minimal. Se apilan, se doblan, cuelgan de un gancho o simplemente se separan de su bastidor que a veces está presente pero no corresponde en proporción y tamaño. Hay cierto humor en la falta de coherencia, en la ambigüedad. Siempre brillosos, la terminación impecable y la extraña técnica que logra mezclando acrílico con aceite (si, agua y aceite se mezclan) permite que la obra nunca craquele, quede impoluta y demuestre cierta obsesión perfeccionista de quien se autocalifica como una especie de directora de cine frente a sus asistentes.


Obras varias de obra reciente, dentro de sus trabajos de violencia serena

Respecto a sus influencias, son claras las tempranas referencias al ítalo-argentino Lucio Fontana (quien rasgó sus telas en los años 40) y el minimalismo está presente a lo largo de su carrera: Robert Ryman en términos de monocromía, o Robert Morris especialmente en sus también personificados y sugestivos fieltros.