"PINK FLAG"
de Wire
Para poder entender la importancia y el legado de Pink Flag, disco debut de Wire, en la historia del rock, primero debemos situarnos en el contexto en que fue concebido el álbum.
Estamos en Londres y es 1977. Mientras Inglaterra está bajo el gobierno del poco carismático primer ministro Leonard Callaghan, un político que no supo enfrentarse a la crisis económica que arrasaba el país y que daría pie a la caída del partido laborista y posterior llegada al poder de Margaret Thatcher, los jóvenes salen a las calles a expresar su descontento ante el creciente desempleo, expresándose de forma radical por medio de protestas, marchas y enfrentamientos con las fuerzas del orden.
A nivel musical, el clima también se estaba poniendo efervescente. Sintiéndose defraudados por la vida de lujos y lo ajenos que estaban de la realidad las estrellas de rock, grupos de jóvenes fascinados por el incipiente movimiento punk que se estaba desarrollando en New York, con Ramones como emblema absoluto, buscan regresar al rock a sus bases primitivas, en cuanto a la simplicidad y el expresionismo.
Bajo la premisa de hazlo tu mismo y casi sin ninguna formación musical, semana a semana emergen bandas que logran captar la completa atención del público y los medios. El movimiento punk inglés es una realidad y ya nadie puede estar ajeno a eso.
Bandas como Sex Pistols, The Clash, The Damned o Buzzcocks encabezan conciertos y festivales todos los fines de semana. Ya sea en algún club de Camden Town como en el mítico Roxy.
Dentro de todo ese ambiente, una banda formada a fines de 1976, cuyos integrantes tenían edades y conocimientos musicales mayores a los de las bandas antes mencionadas, decide grabar su álbum debut.
Sin el apoyo de ningún sello musical y decidiendo editarlo por su cuenta, durante el segundo semestre de 1977, Wire grabó el que sería su primer y mejor álbum dentro de su vasta discografía.
Pink Flag es una coctelera de estilos y emociones. Una verdadera proeza de 21 canciones en poco menos de 36 minutos.
Muy pocas de sus canciones seguían estructuras tradicionales de estrofas y coros; con uno o dos riffs era más que suficiente. Los arreglos minimalistas, a veces disonantes, permitían el espacio y la interacción entre los instrumentos. Su música es memorable incluso sin la repetición y la estructura que la mayoría de los oídos esperan, simplemente requiere un poco más de concentración.
Dentro de esa vorágine, muchos de sus temas sobresalen por su calidad sonora, así como su fuerte influencia a posteriores bandas que tomaron este disco como influencia absoluta.
El caso más patente se da al escuchar la filosa "Three Girl Rhumba". Con solo prestar atención a los primeros acordes nos damos cuenta que la misma fue literalmente copiada por el grupo noventero ingles Elastica cuando dio vida a su máximo éxito musical: "Connection".
El machacante ritmo, así como su directa y gráfica letra, hacen de "Ex Lion Tamer" una de las mejores canciones de la historia del art-punk, sub género en el cual Wire generalmente es definido en cuanto a su estilo, siendo este más experimental y con conexiones a otros subgéneros como el art school y el art world.
Es cuestión de aventurarse y seguir escuchando hasta toparse con "Mannequin", quizá el temas más logrado y adulto del disco. Un clásico que más de cuarenta años después de su edición sigue siendo el favorito de las radios especializadas a la hora de elegir un tema de Wire para musicalizar su espacio. Hay angustia, hay reclamo, pero por sobre todo hay una armonía sonora que vuelve única a esta preciosa canción.
La influencia perdurable de Pink Flag aparece hasta el día de hoy reflejada en el hardcore, el post-punk, el rock alternativo e incluso el brit-pop. Al igual que en 1977, sigue sonando fresco y vigorizante, haciéndonos replantear lo fascinante y altamente creativo que fue ese periodo, permitiendo inventar cada uno sus propias reglas y dejando esa frase tan punk que define plenamente a este álbum: Hazlo tu mismo !!!
Saludos.
Juli